Condenado por un tribunal de Moscú a veinte años de detención domiciliaria y actualmente residente en Berlín, el realizador y opositor ruso Kirill Serebrennikov (Leto, La fiebre de Petrov) presentó en el pasado Festival de Cannes su tercera película, «La mujer de Tchaikovski», que narra el trágico destino de la mujer del compositor Piotr Tchakovski, Antonina Miliukova, enamorada locamente, quien acabó sus días en un asilo de beneficencia para indigentes
Rusia, siglo diecinueve. Antonina Miliukova (Alyona Mijailova, actriz de veintisiete años, exatleta de carreras), una joven de la burguesía ilustrada, obsesionada con Tchaikovski (Odin Lund Biron), consigue convencerle para que se case con ella. Será un matrimonio fallido desde el primer día ya que el compositor no le ha confesado su homosexualidad. Antonina, consumida por un sentimiento que no consigue reciprocidad, aceptará todo con tal de permanecer a su lado.
Leo en una crítica de la película en el digital de France Télévisions que «seguramente a Vladimir Putin no le habrá hecho ninguna gracia que el realizador disidente haya hecho una película en la que habla sin tapujos de la homosexualidad de Tchaikovski, a quien se considera un icono nacional». Y mucho menos que, en su retrato de la Rusia del final de la dinastía de los zares, la imagen resultante sea la de un país exangüe, con una aristocracia terriblemente frívola que desprecia a una más que visible población indigente.
En «La mujer de Tchaikovski[1]», Serebrennikov se ha mantenido fiel a la historia dirigiendo una película bastante clásica de factura con una fotografía magnífica y una interpretación trágica y convencional de su protagonista, una mujer rechazada en la noche de bodas por un marido que, en su exasperación, llega a intentar estrangularla, volcando una lámpara que provoca un pequeño incendio en el dormitorio. Una escena cargada de simbolismo: «acaban de quemar su contrato de matrimonio».
Para la actriz Alyona Mijailova, intérprete de la mujer del compositor, quien lleva gran parte del peso de esta historia de un amor apasionado no correspondido, la interpretación fue su tabla de salvación cuando un problema en la espalda le impidió seguir participando en competiciones deportivas. Desde entonces, ha participado en numerosas películas y series rusas.
Pero no quiere que su participación en la película de un disidente, que se ha manifestado abiertamente en contra de la guerra de Putin contra Ucrania, se vea como un gesto político: «Solo contemplo el aspecto artístico. Soy plenamente consciente de que la gente está sufriendo y mi único deseo es que todo esto acabe».
El realizador de «La mujer de Tchaikovski» considera que la película le ha permitido «rehabilitar a un personaje completamente olvidado. El compositor era una persona extremadamente complicada: era muy generoso con sus amigos, adulado por el público y considerado un buen autor, aunque demasiado europeo… Además, en Estados Unidos le consideraban una ‘estrella’, fue el encargado del concierto de inauguración del famoso Carnegie Hall el 5 de mayo de 1891».
Durante mucho tiempo, los biógrafos del compositor acusaron a Antonina Miliukova de «loca» y de hacer sufrir a Tchaikovski, quien en algunas de sus cartas la llamaba «víbora». Esta película demuestra que, al contrario, fue el músico quien envenenó el matrimonio con sus mentiras.
No es la primera vez que el cine se ocupa del asunto del matrimonio Tchaikovski. En 1970 ya fue abordado por el realizador Ken Russell (Tommy, Moll Flanders, fallecido en 2011) en el biopic «Music Lovers».
- «La mujer de Tchaikovski» se encuentra en la cartelera madrileña desde el pasado viernes 21 de abril de 2023.