Néstor Ortiz

Estar en casa no impide asimilar hábitos ecologistas. Por ello, la Comunidad de Madrid nos da diez propuestas de cómo podemos generar hábitos que luchen contra el cambio climático manteniendo la cuarentena.

Las prácticas, ligadas sobre todo a la gestión de residuos, son las siguientes:

1. Cada residuo en su sitio

Puede sonar un poco totalitario, pero la cosa no va de eso. El objetivo es ser ordenados y evitar que las cosas se mezclen y acaben en vertederos, donde las materias primas se perderán. Para extraer menos materias de la tierra se nos invita a reservar espacios en la casa donde colocar los cubos de orgánico, envases y otros residuos. Quizás podríamos añadir uno para el cristal, el papel o las pilas. Aunque sabemos que, con los tamaños de la mayoría de casas puede ser complicado tener tantos cubos, una opción es reservar pequeños espacios para acumular separadamente los residuos y, simplemente, bajar a diario la basura (que, además, así estiramos un poco las piernas).

2. Separa y selecciona

Es la segunda parte del punto uno, después de separar, arrojar los desechos al cubo adecuado. Y sobre todo, hacerlo también cuando vamos por la calle (y es posible). Muchas veces cumplimos en casa, pero le damos menos importancia fuera de ella. No hay que obsesionarse, pero siempre está bien reducir nuestro impacto ecológico. Recuerda, por ejemplo, que ¡las pilas se tiran en las paradas de autobús!. Y aunque seguro que ya te lo sabes, te recordamos que los envases (plásticos y metálicos) van en el cubo amarillo; papel y cartón en el azul, y vidrio en el verde. El marrón solo debe contener restos orgánicos, como comida, de plantas, pelo, servilletas no usadas para limpiar aceites o productos químicos, y cosas por el estilo (de las que generan moho, sobre todo). El resto se tiran a la basura habitual (aunque veremos que algunas pueden llevarse también al punto limpio).

3. Encuentra nuevos usos

Podemos encontrar nuevos modos de usar las cosas. Las abuelas llevan siglos haciéndolo, guardando fotos e hilos en las viejas cajas metálicas de galletas. Pero la cosa puede ir más allá de las galletas. Por ejemplo, los papeles, muchas veces, tienen varios usos: el periódico que usamos para secar el suelo o envolver algo, y las hojas que sirven para quien guste de pintar. Por un tiempo, las botellas de plástico se pueden reutilizar, al igual que las bolsas. Muchos envases de plástico sirven para guardar comida (los de cacao son buenos para las legumbres, por ejemplo). Los frascos de vidrio son ideales como táper, cantimplora, frascos para comida e incluso como vasos o floreros. En cualquiera de estos casos, estamos aprovechando recursos y evitamos necesitar extraer más de la tierra y transformarlos. Si te das cuenta, lo haces como norma, pero está bien ser consciente de ello para poner más empeño.

4. Localiza los contenedores de vidrio y cartón más cercanos

Lleva a ellos los residuos de este tipo. Es una buena excusa para estirar las piernas cuando salgas a comprar.

5. No tirar cosas por el inodoro

Esto es importante, dado que lo que tires acaba en las alcantarillas y contaminando las aguas. ¡Además de que puede crear atascos! Recuerda que las toallitas van a la basura normal, la comida al orgánico, y los aceites al punto limpio.

6. Limpia bien los platos antes de lavarlos

¡El motivo es el mismo!

7. No tires el aceite por el fregadero o el inodoro

¡Llegamos a la gran cuestión! El aceite es muy contaminante para el agua. Mata a los animales que viven en ella y dificulta su depuración. El único modo realmente correcto de deshacerse del aceite es llevarlo al punto limpio, para su depuración. Sin embargo, no siempre son accesibles, y eso nos lleva a almacenar aceite en casa eternamente. Hay un modo «gris» de deshacerse del aceite orgánico, que es empapar con él papeles que vayamos a tirar y luego arrojarlos a la basura general. El aceite no se reciclará, que sería lo mejor, pero, al menos, no contaminará las aguas. Otro modo de reciclar aceite, para gente intrépida, es hacer jabón, que además así se ahorra.

8. Ahorra papel

Esto es muy importante, porque uno de los mayores problemas que tenemos es la deforestación. Es importante reciclar el papel, utilizarlo lo menos posible (sobre todo para usos poco duraderos) e imprimir por las dos caras, siempre que sea posible.

9. Reducir el desperdicio de alimentos

Planificar el menú y calcular las cantidades ayuda a no desperdiciar comidas. Esto es fundamental, con el fin de maximizar el aprovechamiento de recurso y, especialmente, es importante en los productos cárnicos y de pesca, que son los más contaminantes de producir. Puesto que hemos invertido recursos energéticos en producirlos y transportarlos: ¡no los dejemos acabar en el cubo orgánico! Y obviamente, hemos de recordar las carencias de tantas y tantas personas. Intentemos no tirar la comida que otros necesitan.

10. Guarda la ropa

Si has aprovechado la cuarentena para hacer limpieza de armarios (y entonces eres una persona inteligente y organizada) planifícate para conservarla hasta poder llevarla a una tienda de segunda mano, un espacio de donación, o a un punto donde reciclarlo. En este link puedes encontrar un mapa de dónde se encuentran en la ciudad de Madrid. La ropa es una de las industrias más contaminantes ¡Intenta que no acabe en la basura!

DEJA UNA RESPUESTA

Escribe un comentario
Escribe aquí tu nombre