Al comienzo de cada año todos solemos hacer un montón de planes para mejorar nuestra existencia de cara al nuevo ciclo, y de paso intentar engañarnos a nosotros mismos, sabiendo que a la hora de la verdad la cosa se va a quedar en buenas intenciones: que si vamos a dejar de fumar, a hacer más deporte, preparar un cuerpecito playero para minibañador unas, o corpóreos abdominales, otros, etcétera, etcétera. Pero lo cierto es que a la hora de la verdad, del día a día, seguimos tal cual, y lo importante es que no nos falte de ná.
He recibido en mi correo una serie de consejos salidos de la pluma de ese gran director de cine y hombre versado en el humor que es Woody Allen, quien lleva unos cincuenta años dándole a la cosa de la risa.
Se trata de unos apuntes estimulantes para que sigamos viviendo como lo hacemos, tal cual, y dejar de engañarnos a nosotros mismos, porque a la hora de la verdad, la vida sigue igual, que diría el melifluo Julio Iglesias.
Convengamos que no son frases filosóficas, es cierto, sino dichos para andar por casa en pijama, bata u oropel, pero que dicen verdades como puños de boxeador jubilado.
Cada cual verá lo más apropiado para cada mente sana, in copore sano, pero dispuesto a mejorar. Y además son gratis, sin necesidad de gimnasio por medio.
Pasen y lean:
– Solo quien ha comido ajo puede darnos una palabra de aliento.
– Hoy en día la fidelidad solo se ve en los equipos de sonido.
– El diabético no puede ir de luna de miel.
– ¿Cuál es el animal que después de muerto da muchas vueltas? El pollo asado.
– Amaos los unos sobre los otros.
– Bígamos: idiota al cuadrado.
– Morir es como dormir, pero sin levantarse a orinar.
– Hay estudiantes que les apena ir al hipódromo y ver que hasta los caballos terminan su carrera.
– El eco siempre dice la última palabra.
– Arreglar los problemas económicos es fácil, lo único que se necesita es dinero.
– Es curioso que se denomine sexo oral a la práctica sexual en la que menos se puede hablar.
– Hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, pero no las mismas.
– El mago hizo un gesto y desapareció el hambre. Hizo otro gesto y desapareció la injusticia. El político hizo un gesto y desapareció el mago.
– La inactividad sexual es peligrosa, produce cuernos.
– En los aviones el tiempo se pasa volando.
– Disfruta del día hasta que un imbécil te lo arruine.
– Hazlo bien y no mires con quién.
– El negocio más expuesto a la quiebra es el de la cristalería.
– Mi padre vendió la farmacia porque no había más remedio.
– La amistad es como la mahonesa: cuesta un huevo y hay que tratar que no se corte.
– Las canas ya no se respetan, se tiñen.