Hablamos del concierto del viernes 26 de enero 2023, Ciclo Andalucía Flamenca, Auditorio Nacional, Sala de Cámara, protagonizado por Perrate, antes Tomás de Perrate.
Perrate suena a auto afirmación, a culminación del proceso –por ahora- que ya despuntaba en su trabajo anterior, Soleá Sola. Se ve la mano del mismo productor, Raúl Refree. Y se ve, está presente, la dirección, ahora, de un tipo tan genialmente transgresor e iconoclasta en el sentido más actualizado del término, como Pedro G. Romero.
Tres Golpes
Flamenco a la puerta de casa, romances medievales, músicas barrocas que pudieron ser flamencas y que Perrate acerca a un flamenco de dos orillas, con acentos de negritud esclava. La voz recia y rajada de este nuevo Perrate se torna grave, casi negra, con asombrosa naturalidad.
Perrate, con este trabajo, ha dado no un paso, más bien una enorme zancada hacia un territorio de complejidades tonales que él afronta con seguridad y coraje. Estamos ante un artista que no se conforma con seguir donde estaba. Perrate crece como crece el cante.
Perrate se diversifica sin salir de donde quiere y debe estar, consciente de estar en un territorio musical único en el mundo, pero que no es estático, nada lo es. Y administra la nueva diversidad de registros como si aquí no pasara nada nuevo.
Perrate no podría conseguir lo que escuchamos el viernes sin la inestimable contribución de Alfredo Lagos, guitarrista que ya ha creado complicidades con el cantaor desde hace años, versátil por excelencia, paradigma tanto de la más pura guitarra jerezana como de la vanguardia más exquisita. Un maestro de las seis cuerdas que se ajusta de perlas a los territorios vocales de Perrate.
La prueba de la estrecha relación entre estos dos trabajos, fue la presencia tanto en el nuevo álbum como en el concierto de referencia, de varios cantes que ya escuchamos en Soleá Sola: El Romance de Melisenda, las Seguidillas antiguas del Alosno, la Soleá de la Serneta, la chacona Boa Doña.
Quizá también estuvieron antes la folía Yo soy la locura y la jácara No hay que decir el primor, aunque no estoy segura, que hora van acompañadas de una delicia de coreografía.
Perrate se está mostrando como un excelente coreógrafo, seguro que con la asesoría de su productor y director, saltándose los límites del cante y toque. En la Chacona Boa Doña de negros y gitanos, el desenfado y sensualidad teatralizados son de diez.
Y además la toná Noche oscurade Jacinto Almadén, los tangos de Piazzolla y Goyeneche que no están en el álbum pero sí en el concierto, como estuvieron en Soleá Sola y como entonces, enero 2019, empezó en clave flamenca y acabó en lenguaje malevo como el que más. El que sabe, sabe.
Más aún: Haciendo honor al título del trabajo discográfico, Tres golpes, a ritmo de fandangos callejeros, qué bien y artísticamente que callejearon por la escena, con el añadido del baile de Miguel Téllez que junto a Noé Barroso había ejercido de palmero.
Este gitano de Utrera, heredero de linajes gitanos de reconocido pedigrí de Jerez y Lebrija, que considera que ser gitano en Utrera es un privilegio, tiene además de voz y conocimiento flamenco, la certeza de que lo que hace es cosa de corazón y mente. Actúa con inteligencia, se asesora con el discernimiento apropiado al terreno en el que quiere situarse en cada momento o ciclo de su trayectoria profesional.
Nunca dejará de sorprendernos para bien.
