Dentro del ciclo «Notas del Ambigú», el teatro de la Zarzuela ensalzó el 3 de octubre 2022 la figura de Beatriz Galindo «La Latina», quien fue en su tiempo maestra de reinas.
El dúo Dolce vita, compuesto por Laura Martínez Boj (voz) y Paula Brieba (vihuela) glosó la figura de la que fuera maestra de la reina de Castilla, Isabel La Católica, y de sus cinco hijas, adornando un texto muy hermoso, en versos y prosas, con las mejores músicas del siglo quince, al que ambas pertenecieron.
Beatriz Galindo era muy aficionada a los libros e iba a entrar en un convento en Salamanca cuando Isabel se la llevó para ser su maestra. Era conocida por su afición al latín y por su capacidad de expresarse en esta lengua, algo inaudito en una mujer, motivo por el cual la llamaban La Latina.
En adelante, Isabel se ocuparía de todo lo referente a su persona, incluso de casarla con un artillero y de que tuvieran hijos, y a Isabel dedicó ella las obras de Aristóteles que de continuo les leía a ella y a sus hijas en las horas de costurero, dejándose empapar al mismo tiempo por las músicas que de continuo tañían y cantaban los numerosísimos músicos y poetas de la Corte.
Esas obras que hoy componen los Cancioneros de Palacio, entre cuyos músicos destacan ya para siempre los nombrados ayer como autores de las piezas ejecutadas: Enríquez de Valderrábano, Alonso de Mudarra, Luis de Narváez, Diego Pisador, Luis de Milán, Josquin des Prez, Juan del Enzina, Antonio de Ribera…
La admiración era mutua y al morir la reina, La Latina, ya viuda desde la toma de Granada, se retiró a Madrid donde fundó el convento de la Concepción Jerónima en la calle que hoy lleva ese nombre. Su influencia, no obstante, siguió siendo grande a pesar de su vida retirada, tanto en política como en religión. Toda su hacienda, que era mucha, la dedicó a los pobres.
Toda esta glosa de una época ya cercana al Renacimiento -y poblada de unas figuras femeninas muy potentes- fue muy amenamente subrayada por las canciones de los músicos citados, ejecutadas todas por ambas intérpretes a base de voz y vihuela.
Una mujer, Beatriz Galindo, que vio morir la Edad Media y nacer la modernidad, y para quien poseer cultura era más importante que poseer oro.
