La oposición a las dictaduras ha surgido siempre desde las bases de los pueblos oprimidos que las sufren. Movimientos de liberación, enfrentamientos con las fuerzas represoras, revueltas, manifestaciones de protesta… son expresiones reivindicativas de justicia social y de derechos de todo tipo expoliados por autocracias y totalitarismos.

Expresiones todas ellas que han contado siempre con el apoyo de la palabra a través de carteles, panfletos, hojas volanderas, pancartas, ciclostiles, fanzines, ilustraciones, expresiones de la acción gráfica callejera que acompaña a todo movimiento de protesta.

Todo ese universo ha generado una gran cantidad de materiales que con el tiempo se han convertido en testimonios documentales de las luchas a las que han apoyado.

Distribuidos en cinco salas, el Museo Reina Sofía expone estos días en Madrid una gran muestra de esos materiales, testimonios de las luchas populares en América Latina desde los años sesenta del siglo veinte hasta ahora mismo (se incluyen materiales sobre la lucha por la despenalización del aborto en Argentina y el proceso constituyente en Chile).

La exposición «El giro gráfico» lleva un subtítulo muy expresivo, «Como en el muro la hiedra», un verso de «Volver a los diecisiete», la canción de Soledad Bravo, y se nutre también de materiales de campañas internacionales de denuncia de violaciones de derechos humanos.

El recorrido se inicia con «Resistencias tipográficas», en donde se pretende mostrar el concepto de transtemporalidad de la exposición con elementos generados desde los años sesenta hasta la actualidad. Se pueden ver materiales gráficos callejeros de la revuelta estudiantil uruguaya, de la resistencia chilena contra Pinochet, críticas al lenguaje de la revolución castrista, frases, logotipos, emblemas y consignas de las décadas de 1960 y 1970 como restos de un pasado que nunca termina de pasar.

Hay toda una sala dedicada a los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014 cuando se dirigían a Ciudad de México para participar en la marcha conmemorativa de la matanza de Tlatelolco en 1968. Aquí están los Papalotes de los desaparecidos, una obra del artista Francisco Toledo que consiste en 43 cometas (papalotes) de papel con los rostros de los desaparecidos y que él mismo voló por las calles de Oaxaca. Junto a estas cometas están los retratos de los estudiantes hechos con máquina de escribir dibujados por el artista y activista argentino Javier del Olmo. Aquí están también los paños bordados con los rostros de los desaparecidos, un trabajo en el que participaron mujeres, hombres y niños.

Bordados y tejidos hay también en la sala «La demora». Las imágenes que se muestran son testimonios prestados por mujeres de El Salvador durante el conflicto armado de 1980-1992. En estos bordados se denuncian torturas, bombardeos, masacres ejecutadas por el ejército.

En «Persistencias de la memoria» se reúnen piezas con estrategias visuales o consignas como el cartel de Natalia Iguiñiz Mi cuerpo no es el campo de batalla en el que denuncia la violencia sexual en Perú durante la dictadura de Fujimori, o el trabajo de Ricardo Wiesse que rememora la Masacre de La Cantuta, en la que un grupo paramilitar asesinó a nueve estudiantes y un profesor universitarios cerca de Lima.

De Chile se muestran unos pliegos impresos de Primer Homenaje a Santiago Nattino a partir de copias de papel con el rostro de Nattino -un artista comunista asesinado en 1986 bajo el régimen de Pinochet- con las que cubrieron los edificios de diversas instituciones culturales. Esta sala incluye las fotografías de la serie Nos están matando, donde aparecen retratos de líderes asesinados que el artista urbano DjLudesplegó por las calles de Colombia.

En «Pasafronteras» se muestran algunos xilobordados, composiciones colectivas con materiales de bajo coste que retratan escenas del proceso migratorio. Otro ejemplo es Zapantera Negra, un proyecto que conecta el imaginario visual de los Panteras Negras con las luchas rurales de las comunidades mayas en Chiapas.

La sala Los territorios insumisos, alude a modos de resistencia empleados por personas, colectivos y pueblos de lugares rurales o urbanos. Se valen de materiales tan diversos como inscripciones gráficas, sellos, bordados, carteles, etc. Las contracartografías son mapas de gran tamaño que denuncian las relaciones de dominación y explotación y reivindican políticas de memoria frente al olvido de las víctimas.

En otra sala, bajo el título Arseñal (neologismo que nace de cruzar los conceptos «arsenal» y «señal») se muestran herramientas utilizadas en manifestaciones callejeras (fotografías, pancartas, banderas, etc.) y reutilizadas en diferentes espacios y momentos.

Cuerpos gráficos muestra un conjunto de acciones que proponen el cuerpo como soporte, realizadas en la calle a modo de denuncia con materiales precarios. Algunas son de la artista chilena Luz Donoso, realizadas durante la dictadura de Pinochet, señalando lugares que habían sido centros de detención y tortura.

La denuncia de los desaparecidos por la dictadura uruguaya está en la serie de fotografías de gran tamaño Miradas ausentes de Juan Ángel Urruzola. También se reúnen camisetas diseñaddas por colectivos y activistas visuales que, como los pañuelos y otras prendas, se convierten en superficies gráficas que comunican movimientos sociales y políticos. Una sala contigua se concentra en la gráfica nicaragüense desde la revolución sandinista hasta la situación actual, caracterizada por la represión de las protestas y la censura a los artistas.

La zona En secreto está dedicada a los colectivos de liberación sexual surgidos en América Latina. En una de las obras se indaga en el asesinato de «travestis y parroquianos» ocurrido en un bar en la ciudad de Tarapoto en 1989.

  • TÍTULO: Giro Gráfico. Como en el muro la hiedra
  • LUGAR: Museo Reina Sofía. Madrid
  • FECHAS: Hasta el 13 de octubre
Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

1 COMENTARIO

  1. A este buen y documentado artículo, tan solo aportar que, si bien es correcto que Soledad Bravo cantó Volver a los diecisiete, como también hiciera Serrat o Mercedes Sosa, no hay que olvidar a quien la creó y primero la interpretó, la inolvidable cantautora chilena Violeta Parra. «se va enredando, enredando como en el muro la hiedra…» como recoge el título de la muestra.

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