En este día aciago para la democracia en España, con la ultraderecha en un gobierno democrático, una cita y una súplica: Leer, leer y conocer la historia, porque cometer los mismos errores conllevaría consecuencias terribles. Y es muy posible que pueda volver a pasar, porque la intención de la ultraderecha, hoy como entonces, no solo es alcanzar el poder político:
«Tras el fracasado golpe de Estado que perpetró en 1923, el líder del partido nazi llegó a la conclusión de que la mejor manera de alcanzar el poder era a través de la vía parlamentaria. Y, para lograr ese objetivo, la propaganda iba a ser un arma fundamental. El principal órgano de propaganda del partido nazi fue el diario Völkischer Beobachter (Observador del pueblo). El ‘periódico más odiado del país’, como lo calificaba Hitler en sus discursos para estimular su venta, fue el diario oficial del partido hasta su prohibición en 1945. Apuntaban más a las emociones del lector, explotando sus frustraciones, resentimiento con el gobierno o prejuicios, que a su intelecto».
Un verdadero arte, la propaganda política, para introducir el mensaje de lo que buena parte de la población quiere escuchar para alcanzar el poder. La diferencia entre los partidos democráticos y la ultraderecha estriba en la forma de actuar cuando gobiernan. En el caso de Alemania ya conocemos lo que pasó y sus consecuencias. Y entonces, como sucederá si la ultraderecha consigue el poder en España, de nada valió protestar, quejarse y arrepentirse.
Hoy no van a intentar un golpe de estado. Saben, como descubrieron entonces, que la mejor manera de conquistar sus objetivos es seduciendo a la población con proclamas que suenan sensatas y aprovecharse del hartazgo con otras formaciones políticas, y del nacionalismo «español». Para los y las que crean que vienen a salvar la economía, la caza, los toros, la agricultura, el empleo, España o los valores patrióticos, solo les pido que lean la historia y descubran cuál fue el método que utilizó Hitler para llegar al poder y cómo actuó cuando lo obtuvo.
¿Que no es igual, que España no es Alemania, que no es la misma época? Leer, leer, formarse y conocer la historia. Dedicarle tiempo y tomarse un poco de interés es vital. Descubrir la forma de planificar sus campañas, la complicidad de algunos medios de comunicación, la educación que tenía el pueblo, sus preocupaciones, sus ilusiones y debilidades es esencial para comprender cómo llegó al poder «el partido legal nazi».
La realidad es tozuda. Putin es un dictador, como otros aupados democráticamente al poder. Es venerado por la ultraderecha española por su forma de gobernar. Está demostrando que una vez que tiene ese poder, otorgado por el pueblo, lo utiliza con violencia, como hizo Hitler, para invadir y masacrar otro país, no dudando tampoco en reprimir a los que protestan en «sus» calles rusas.
Aquí y en esta época, la ultraderecha sigue el libreto de entonces al pie de la letra preparando el asalto al poder. Lleva tiempo planificando y ejecutando el relato, aprovechando la buena fe de muchos ciudadanos, para conseguir «su» objetivo, el poder total, para someter a la población, incluso a los que les voten.
Leer, leer, conocer la historia, pensar y reflexionar es imprescindible. Luego no servirá de nada arrepentirse de lo que se ha votado, porque la democracia, entonces, aunque a muchos les parezca una exageración, estará en peligro de extinción.