El Ministerio de Cultura y Deporte ha incoado la declaración como Bien de Interés Cultural de tres monumentos propiedad del Estado que forman parte del patrimonio cultural industrial y científico-técnico español, entre ellos la Torre de Señales del Aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid).

Los otros dos monumentos son el Real Taller de Aserrío de Valsaín (Segovia) y el faro conocido como ‘La Farola’ de Málaga.

Las nuevas declaraciones se incluyen en las líneas de actuación de la Dirección General de Bellas Artes de fomento, protección, preservación y puesta en valor de los llamados «otros patrimonios» como el patrimonio industrial y científico-técnico.

El artículo 1.2 de la citada ley establece como integrantes del concepto de Patrimonio Histórico Español todos aquellos inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico y científico o técnico. También forman parte del mismo el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico o antropológico.

Torre de Señales de Cuatro Vientos

La antigua Torre de Señales del Aeródromo de Cuatro Vientos es una edificación de principios del siglo veinte (1919 y 1920) que adopta la forma de un faro marítimo. La importancia de este bien, para cuya incoación como BIC el Ministerio de Cultura y Deporte ha recabado informes a la Real Academia de la Historia y a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, radica en ser la primera torre de señales de España y, probablemente del mundo, siendo anterior a la londinense del aeródromo de Croydon, construida el 25 de febrero de 1920.

Fue ideada por el ingeniero militar Leopoldo Jiménez como una modesta edificación con la función de servir de guía a los primeros aviadores, ubicándose en el aeródromo militar de la base de Cuatro Vientos del Ejército del Aire del Ministerio de Defensa.

Además, se han tenido en consideración sus valores formales e históricos y el papel jugado por el propio aeródromo en el plano político, militar y de las comunicaciones nacionales e internacionales.

La torre, que estuvo en servicio activo entre 1920 y 1982, fue edificada en hormigón armado por Enrique Sierra en su taller del Paseo de Delicias de Madrid, nació en un periodo apasionante de la historia de la aeronáutica española.

Fue testigo de grandes hitos como los primeros vuelos del autogiro de Juan de la Cierva, precursor del helicóptero; de la Patrulla Elcano, que hizo un recorrido aéreo en 1926 entre Madrid y Manila (Filipinas); el vuelo del avión conocido como el ‘Cuatro Vientos’, cuya tripulación formada por Collar y Barberán en 1933 cruzó por primera vez el Océano Atlántico sin paradas, aterrizando en Cuba.

La torre incluso presenció el primer salto paracaidista efectuado en España, por el capitán Méndez Parada.

A lo largo del siglo veinte, fue escenario de los avances de la aviación española. Desde la torre se comenzó a controlar el tráfico visual en el aeródromo, de acuerdo a las normas reglamentadas, aplicando el código de luces y utilizando la lámpara o pistola de señales, lo cual sería origen del control del tráfico aéreo.

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