De todas las averías que podemos ver en el cuadro del coche el testigo fallo motor es una de las más temidas, pues muchos conductores suponen que es un problema grave e incluso que el motor se está rompiendo.

Esto no tiene por qué ser así, y de hecho hay una gran cantidad de causas por las que el testigo aparece, aunque es cierto que si cuando se enciende notamos ruidos extraños o un cambio de comportamiento en el automóvil lo mejor es parar y llamar a nuestro taller de confianza.

¿Qué puede hacer que este testigo aparezca?

Existen varias causas, pero hay unas que son bastante comunes. En algunos casos tendremos suerte y la reparación será económica, mientras que en otros habrá que desembolsar algo más de dinero para que la luz que tanto miedo nos da desaparezca.

El catalizador se ha roto

Muchos no saben ni siquiera que existe, sin embargo, el catalizador es una pieza muy importante del escape por el cual pasan los gases para que el humo salga más limpio al exterior.

Si se estropea se enciende la luz de fallo de motor, aunque lo normal es que el automóvil siga funcionando como si nada hubiese sucedido.

Conviene ir cuanto antes al taller de coches en el que confiemos, puesto que es una avería cara y nos impedirá pasar la prueba de gases de la ITV.

Bujías en mal estado

Los coches de gasolina llevan bujías, que son unas pequeñas piezas que van enroscadas en la parte superior del motor y que provocan la chispa que enciende la gasolina.

Hay que cambiarlas cuando nos diga el fabricante, pues un fallo hará que el testigo del motor aparezca dándonos un buen susto. Además, alguno de los cilindros puede dejar de funcionar, cambiando el ruido del motor y el comportamiento del coche a peor, puesto que perderá potencia.

Acudiendo a nuestro taller de confianza nos harán el cambio de bujías, que es uno de los mantenimientos más económicos que existen.

El sensor de oxígeno falla

Una buena parte de la culpa de los problemas relacionados con el testigo del check engine lo tienen los sistemas anticontaminación.

De esa manera, un fallo en el sensor del oxígeno también puede encender el aviso, puesto que en este caso no será capaz de analizar si el catalizador está haciendo su trabajo como debe.

En ocasiones, que el sensor no funcione bien lo provoca una fuga de refrigerante. Así, conviene revisar siempre el suelo del garaje para ver si hay fugas y ponerlo en conocimiento de nuestro taller de inmediato, pues no podemos llevar un coche que va perdiendo líquidos.

Un buen mantenimiento nos ahorrará muchos problemas

Al final, en casi todas las ocasiones evitar que la luz del fallo de motor se encienda es cuestión de hacer el mantenimiento cuando se debe.

Para ello, lo mejor es tener un taller de confianza que será el que se encargue de todo, avisándonos de qué toca sustituir cuando acudamos regularmente a los cambios de aceite y filtros.

El testigo que indica que algo no va bien con el motor es el último que los conductores queremos ver. Casi siempre se trata de un fallo menor, relacionado con los sistemas contra la contaminación, pero conviene parar y llamar al taller si notamos que el coche cambia su comportamiento o no suena como siempre.

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