Cuarenta años después de haberse notificado los primeros casos de SIDA en el mundo, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido de que, a pesar de la acción intensiva y los avances logrados contra el VIH, la pandemia está evitando la erradicación y está procurando nuevos y complejos escenarios en muchos países.
En el nuevo informe que dará cuenta de las últimas recomendaciones y objetivos para que el mundo se encamine a eliminar la enfermedad, se recomienda a los países seguir y perseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de forma que se superen las desigualdades y se enderece la situación para finalizar esta situación.
«Es imprescindible romper el ciclo insostenible y cada vez más costoso de avanzar tan despacio en la lucha contra el VIH, que nunca es lo suficiente para poner fin a la pandemia. Hay que corregir el rumbo urgentemente», dice Guterres en el informe.
La desigualdad es la razón principal de que no se cumplieran las metas mundiales fijadas para 2020, destaca, y añade que ésta afecta a múltiples grupos demográficos (por motivos de género, edad, origen étnico, orientación sexual, nivel de ingresos, la condición de portador del VIH o la de migrante). Además, la desigualdad en un ámbito agrava la desigualdad en otros.
“Acabar con el sida como una amenaza para la salud pública para 2030 todavía está al alcance; muchos países están demostrando que es posible avanzar rápidamente contra el VIH cuando se adoptan estrategias basadas en pruebas y enfoques basados en los derechos humanos”, afirma la directora ejecutiva de ONUSIDA.
«Pero se requiere un liderazgo político audaz para desafiar y abordar las injusticias y desigualdades sociales que continúan haciendo que ciertos grupos de personas y comunidades enteras sean altamente vulnerables a la infección por el VIH», explicó Winnie Byanyima.
“La desigualdad a menudo está cosificada en la legislación y las políticas y se traduce en prácticas discriminatorias, un acceso desigual a la atención médica y otros servicios, violencia, y peores resultados en términos del VIH”, asegura el titular de la ONU.
Si se valoran las cifras, al menos uno con siete millones de nuevas infecciones por VIH tuvieron lugar en 2019; es decir, tres ves más altas que el objetivo que los países se habían dado para 2020 de menos de 500.000 nuevos casos. Además, las 690.000 muertes relacionadas con el sida en 2019 superan también con creces el objetivo de 2020 de reducir las muertes a menos de medio millón al año.