En el Día Mundial del Agua, activistas de Greenpeace han devuelto mil litros de agua contaminada por nitratos a la macrogranja vacuna que la empresa Valle de Odieta, S.C.L. tiene en el municipio de Caparroso (Navarra), en una protesta pacífica para poner en evidencia las malas prácticas de esta empresa y exigir una legislación de nitratos ambiciosa que termine con el grave problema de contaminación del agua que existe en España y ponga freno legislativo a la ganadería industrial, una de las principales causas del problema.
En la pancarta principal se podía leer «Las macrogranjas envenenan el agua» acompañado por los mensajes «Valle de Odieta contamina» y «Macrogranjas NO».
Esta acción de protesta surge después de que Greenpeace fuera testigo, el pasado febrero, del impacto ambiental provocado por reiterados vertidos masivos ilegales de purines de la macrogranja de Caparroso. Vertidos que llegan a acuíferos y ríos.
Hoy, 22 de marzo de 2021, un grupo de activistas ha extraído agua de una balsa que se encuentra en plena Zona Especial de Conservación de los Tramos Bajos del río Aragón, uno de los espacios protegidos bajo la Red Natura 2000 -que recoge los espacios ambientales más importantes de Europa– y los ha devuelto a la balsa impermeabilizada de esta macrogranja.
Mientras, otro grupo de activistas ha protestado junto a las minúsculas casetas donde se encierra, sin apenas movilidad, a centenares de terneras separadas de sus madres para, en el futuro, reemplazarlas en esta fábrica de producción industrial.
Desde 2014, año en que se puso en funcionamiento la macroexplotación de Caparroso, Valle de Odieta acumula nada menos que diecinueve denuncias de diversos organismos públicos del Gobierno de Navarra, once de ellas convertidas ya en procedimientos sancionadores por diversas infracciones a la normativa medioambiental. Pese a esto, y después de una sentencia favorable a la empresa por parte del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, el Gobierno de Navarra autorizó, el 12 de marzo 2021, que la empresa duplique la capacidad de sus instalaciones pasando de una autorización para explotar 3450 vacas (aunque, en realidad, tienen más de cinco mil vacas incumpliendo lo autorizado), a poder explotar 7200. Según la Autorización Ambiental Integrada se generarían así 148.858 toneladas anuales de estiércoles (lo equivalente a los residuos fecales generados por casi 1,8 millones de personas, el triple de la población de Navarra).
«Es indignante e inaceptable que la empresa Valle de Odieta, con sus antecedentes delictivos, vaya a poder duplicar la capacidad de esta explotación y que pretenda construir otra casi cinco veces más grande en Noviercas, Soria. Las administraciones no lo pueden permitir y las personas lo debemos exigir bien alto», ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España.
España incumple la Directiva de Nitratos
«El agua limpia es indispensable para la salud humana y los ecosistemas naturales, de modo que la calidad del agua es uno de los elementos más importantes de la política medioambiental de la Unión Europea». Así empieza el apartado de la Comisión Europea sobre la Directiva de Nitratos (91/676/CEE), uno de los primeros textos legislativos de la Unión Europea contra la contaminación.
Sin embargo, España no ha sido capaz de poner coto a este problema, provocado, en gran medida, por el crecimiento exponencial de la ganadería industrial en el país. Tanto es así que la Comisión Europea abrió en 2018 un expediente sancionador contra España por incumplimiento de esta Directiva y, en julio de 2020, envió al Gobierno español un dictamen motivado, en el que instaba a extremar las medidas para cumplir con la legislación ambiental. Ante esta situación, el Gobierno español inició la modificación de la legislación ambiental, ahora en período de consulta pública, para la cual Greenpeace pide una mayor ambición con un objetivo de reducir, al menos, un cincuenta por cientola emisión de nitrógeno para 2030.
«Precisamente hoy, en el Día Mundial del Agua, y teniendo en cuenta que siete de las diez cuencas hidrográficas con mayor sequía crónica de toda Europa se encuentran en España, es vergonzoso tener que recordar que estamos envenenando nuestra agua con nitratos. Hay que cortar el mal de raíz, poniendo fin a la ganadería industrial y a la ingente cantidad de residuos que genera», ha concluido Ferreirim.
La ganadería industrial no sólo está destruyendo el planeta, sino que además no ha sido capaz de frenar la hemorragia rural. Es una falsa solución al reto demográfico y no tiene cabida en un modelo de futuro verde preconizado por las políticas europeas.
Tras esta acción en Navarra, Greenpeace llevará al Ayuntamiento de Noviercas botellas con el agua contaminada de Caparroso y con el mensaje «Sin agua no hay pueblos. Valle de Odieta contamina. #MacrogranjasNO». Valle de Odieta oculta a los vecinos y vecinas de este pueblo, y a sus generaciones futuras, el impacto que tendría abrir en el municipio la mayor macrogranja de vacuno de Europa.
Para frenar la ganadería industrial, Greenpeace ha puesto en marcha una petición de firmas que, en menos de un mes, ya ha recogido más de 63.500 firmas.
La organización tiene el objetivo de alcanzar las cien mil firmas para demandar al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico una legislación sobre nitratos que permita frenar el avance de la ganadería industrial.