Uno de los colectivos más afectados por la pandemia han sido las personas con daño cerebral adquirido, según señalan los profesionales de la Federación Española de Daño Cerebral (Fedace), como consecuencia de suspenderse las terapias presenciales, tales como la rehabilitación y demás asistencia.
Según informa Servimedia, desde entonces, muchas de estas personas con daño cerebral -debido a un ictus o un traumatismo craneoencefálico- tienen miedo de regresar a los centros de las asociaciones, pese a que en ellas se cumplen todas las medidas de prevención de contagios.
Pese a las dificultades, Fedace señala que la pandemia «les ha enseñado nuevas tecnologías que nos permiten hacer formación online, teleasistencia, e incluso rehabilitación». Y se ha remarcado un concepto: la rehabilitación presencial es esencial para estas personas, la pandemia ha permitido el trabajo en red y «a esto hay que sacarle partido», según ha asegurado Inmaculada Gómez, directora del Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (Ceadac).
En esta misma línea, la responsable de la Federación Andaluza de Caño Cerebral (Fandace), Rocío de la Rosa, ha subrayado que esta pandemia «ha sido muy dura» para estos pacientes y sus familias, porque «pasaron a perderlo todo al quedarse sin su rutina y sin rehabilitación, mientras que las asociaciones tuvimos que readaptarnos».
Ante esta nueva situación, ha explicado que la formación a las familias se volvió fundamental y, de hecho, aún se mantiene. Sin embargo, de la Rosa señaló que en muchas personas con daño cerebral «hemos vuelto a la casilla de salida porque esta crisis les ha perjudicado mucho».
En el caso de Cataluña, la coordinadora y trabajadora social de TraCE Catalunya, Lourdes Andreu, ha coincidido en que las tecnologías online ayudaron a mantener la atención de estos pacientes. Incluso, «tienen ventajas porque las personas que no pueden llegar a nuestro centro de Barcelona se pueden incorporar de forma telemática y de esta forma podremos llegar a zonas rurales o a aquellos que no quieren salir de casa por miedo al contagio».
Las actividades presenciales son fundamentales para las personas con daño cerebral y, por ello, se han asegurado todas las medidas de prevención para que los centros de atención sean completamente seguros.