La campaña de vacunación contra la COVID-19 comenzará en enero en los centros de salud de España y no sería obligatoria porque, según los expertos, puede ser contraproducente.
Tras el anuncio del inicio de la campaña, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, recuerda que aunque las vacunas son prometedoras y están funcionando en la actualidad, el Gobierno no considera su obligatoriedad.
Para ello, se ha diseñado un plan de vacunación masiva a la población, que será aprobado la semana entrante, que ha sido elaborado con las Comunidades Autónomas y adaptado a las características del país, según ha expuesto.
Actualmente ya existen trece mil puntos de vacunación y una red ágil y eficiente que permitirá, con garantías, vacunar a todas las personas que lo soliciten, de forma que aproximadamente el 70 por ciento de la población española estará inmunizada en mayo.
El ministro Illa ha recordado que las vacunas más avanzadas corresponden a las farmacéuticas Moderna y Pfizer, y se ha solicitado la autorización urgente para comenzar su suministro en España. En todo caso, pide no bajar la guardia hasta entonces, de forma que se puedan contener los contagios en las Comunidades Autónomas con las medidas que, hasta ahora, parece que están funcionando.