El 10 de noviembre de 2020 comenzaron en el pueblo francés de Colombey-les-deux-eglises los actos de conmemoración del cincuenta aniversario de la muerte de Charles De Gaulle. Allí pasó los últimos años de su vida el general que encabezó la Resistencia a la ocupación alemana, el presidente de Francia que instauró la Cuarta República tras la liberación, el 27 de octubre de 1946. Y también, militar al fin, el político que reprimió con dureza las manifestaciones de Mayo del 68.
El bipopic «De Gaulle», inevitablemente hagiográfico, que se estrena en España el 20 de noviembre, celebra también el 130 aniversario del nacimiento del personaje y el 80 cumpleaños del histórico discurso que De Gaulle pronunció desde su exilio, en una emisora londinense, el 18 de junio tras la capitulación francesa, llamando a los franceses a unírsele en la Resistencia.
Protagonizada por Lambert Wilson (‘Barbacoa de amigos’, ‘Matrix Revolutions’) e Isabelle Carré (‘La historia de Marie Heurtin’, ‘Tímidos anónimos’), en los personajes del matrimonio De Gaulle, católico y conservador, y dirigida por el conocido documentalista Gabriel Le Bomin (‘Les Fragments d’Antonin’, ‘Nos patriotes’), repasa la historia militar y personal de Charles De Gaulle, concentrándose en las semanas de mayo-junio de 1940 cuando se apartó de los derrotistas oficiales franceses dispuestos a colaborar con el invasor alemán, y se trasladó a Londres «donde se convirtió en la voz de la Francia Libre».
En mayo de 1940 Francia afronta el desastre militar de la invasión alemana. Mientras que Pétain está dispuesto a rendirse y negociar con Hitler, el general Charles De Gaulle apuesta por continuar la lucha y cambiar el rumbo de la historia. Este objetivo pondrá en peligro la vida de muchas familias francesas, incluida la del propio De Gaulle. Su mujer y sus tres hijos se ven obligados a emprender el camino del éxodo, huyendo del avance alemán, mientras el general llega a Londres desde donde hará llegar la voz de la Resistencia.
La narración se esfuerza por presentar las dos facetas del personaje, su enorme personalidad de militar y político, y el retrato íntimo del padre de familia, especialmente volcada en su hija Anne que nació con síndrome de Down; es entonces cuando aparece un De Gaulle tierno muy familiar.
Siguiendo escrupulosamente los términos del discurso con que De Gaulle celebró la liberación de París, un crítico francés hace una descripción de la película: «De Gaulle ofendido, De Gaulle roto, De Gaulle martirizado, pero De Gaulle libre (…) y una comprensión casi espiritual del político al corporativismo militar».
Tenaz frente a la adversidad, guiado por un ideal de la patria que incluía la lealtad familiar, haciendo bueno el axioma de que detrás de un gran hombre hay siempre una mujer (también grande), De Gaulle, al que muchos franceses llaman todavía «el gran Charles», se apoyaba en Yvonne, la mujer que tenía los pies en la tierra.
Lambert Wilson, con bigote y una nariz producto del maquillaje, resulta muy convincente en la doble interpretación del patriota y héroe político, y el padre de familia amante que saca fuerza de sus problemas personales.