Sobrio. Desnudo. Son trampa. Sin cartón. En blanco . En negro.
Sin apenas aparataje salvo algunos videos que sirven de transición entre escenas y , sobre todo, de homenaje al pasado.
Dispuesto a fascinar y a fulminar desconfianzas, Anthony Blake vuelve a Madrid dispuesto a hacer estallar el poder de las mentes que le rodean; las mentes de su público, que se presenta apretando los dientes para quedar con la boca abierta, con los ojos entrecerrados y dispuestos a que queden abiertos como platos.
Con calma contenida, seguro de su presencia escénica, Blake mide sus pasos y sus palabras, desliza miradas y sonrisas, escoge voluntarios, les implica y sorprende, les cautiva y fascina, les embauca y convence.
Con las luces de la sala despiertas Blake aumenta su misterio y multiplica su enigma y mientras, el público , dócil, baja la guardia y le mira obediente y agradecido.
Al fin y al cabo tienen buenas razones para hacerlo.
Anthony Blake se meterá en sus sueños, les hará recordar a quien no está, les hará decir lo que siempre quisieron pronunciar, les hará mirar lo que siempre quisieron ver, les hará darse cuenta, les llevará y se dejarán, se dejarán y les llevará.
Cautivos y desarmados, todos los espectadores dejan de guardar todas las distancias, menos loas sociales, y se entregan y acaban por aceptar que lo que está ocurriendo en el escenario no es, nada más y nada menos, que pura magia; magia pura.
Y si, tiene sentido. Y mucho.
Teatro Reina Victoria, hasta el 18 de octubre
Luis de Luis
Crítico Teatral
Ficha artística
Reparto
Anthony Blake
Dirección: Esteve Ferrer
Guion: Esteve Ferrer y Alfredo Panizo
Espacio escénico: Esteve Ferrer y José Luis Panizo
Diseño de iluminación: Juanjo Llorens
Audiovisuales: Jose Maria Aragonés
Música: Richard Máltes
Técnico de escenario:
Equipo técnico: Pablo Seoane , Julio Valsain, Pablo Zamora, Francisco Morcillo y Daniel Alcaraz (Cía de la luz)
Equipo de producción: María Jiménez y Wepresent S.L.