El Instituto Nacional de Estadística (INE), ha publicado una encuesta sobre el salario de las personas con discapacidad en la que precisa las diferencias salariales de estas frente a las personas que no tienen una discapacidad aún realizando el mismo empleo.
En el informe se observa que las mayores discrepancias salariales entre personas con discapacidad se debieron al tipo de la discapacidad. Así, las ganancias más elevadas correspondieron en 2018 a personas con discapacidad sensorial (22 217 euros anuales), mientras que los trabajadores con discapacidad intelectual y mental percibieron los salarios más bajos (11 563 y 16 409 euros anuales, respectivamente) y por grado de discapacidad también se observaron diferencias, aunque estas no eran tan acusadas.
El salario bruto anual medio de los asalariados con discapacidad fue de 19 946 euros por trabajador en 2018, un 1,1 por ciento superior al del año anterior. Este salario fue un 17,3 por ciento menor que para las personas sin discapacidad (cuyo salario medio aumentó un 1,5 por ciento). Así, la ratio salarial entre los trabajadores con y sin discapacidad fue del 82,7 por ciento en 2018, frente al 83 por ciento de 2017, informa Servimedia.
Si se excluyen los pagos extraordinarios, el salario medio bruto mensual fue de 1.515,4 euros por trabajador con discapacidad, un 16,6 por ciento inferior al caso sin discapacidad.
Una vez deducidas las cotizaciones a la Seguridad Social a cargo del trabajador y las retenciones del impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se obtiene el salario neto mensual, que fue de 1273,8 euros para el caso de trabajadores con discapacidad, un 11,3 por ciento inferior al de las personas sin discapacidad. En términos absolutos, las diferencias fueron de 302,4 euros en el salario bruto y de 161,7 en el neto. La menor diferencia en el salario neto se debe, fundamentalmente, a las ventajas fiscales para el colectivo.
El salario por hora para las personas con discapacidad se situó en 13 2 euros en cómputo anual y en 10,2 euros en cómputo mensual, este último considerando pagos ordinarios. En ambos casos distó más del 15 por ciento respecto del salario hora de las personas sin discapacidad.
Así, en 2018 presentaron una tasa de actividad del 34,5 por ciento, lo que supone 43,1 puntos menos que la de la población sin discapacidad, y la tasa de ocupación fue del 25,8 por ciento, menos de la mitad que en el caso de las personas sin discapacidad. En cambio, la tasa de paro fue del 25,2 por ciento, superior en más de diez puntos a la de la población sin discapacidad.
Por sexo, el salario bruto anual medio de las mujeres con discapacidad fue de 17 949,2 euros en 2018, un 15,9 por ciento inferior al de los hombres, que se situó en 21 338,8 euros. Esta diferencia es menor que en el caso de la población sin discapacidad (21,7 por ciento). Por otro lado, atendiendo al grupo de edad, los trabajadores con discapacidad obtuvieron un salario inferior al de quienes no tenían discapacidad para todas las edades. La mayor diferencia se produjo en el grupo de 16 a 29 años, con una ratio del 78 por ciento .