La realidad es que en el mundo «se ha instalado» un virus que se contagia más fácilmente que se elimina, que las relaciones sociales son lo mejor para su propagación y extensión, y que ello nos condena a una vida de relaciones en la distancia, si es que de verdad queremos protegernos y proteger. ¡No esperes que nadie más, vaya a hacerlo! Pues a estas alturas, la clase política vive en «Rebrotelandia de arriba» y en «Pinocholandia de abajo», y así es muy difícil comprender.
El Covid-19 es un virus que mata, de hecho en España ha matado a unas cuarenta y ocho mil personas, el INE estima un aumento de las defunciones de un 67 por ciento más que el año pasado, entre el 9 de marzo y el 10 de mayo, o sea que la realidad numérica se impone.
COVID-19 Y LAS MASCARILLAS
Si te quieres proteger
del sueño eterno,
olvídate del Gobierno,
experto en entretener.
Una eficaz mascarilla
en tu boca, nariz y barbilla,
¡Alejándote de la pandilla,
y hasta de Illa!
Porque la total curación no está clara,
cubre con ahínco toda tu cara.