Parte de la muralla cristiana de Madrid ha sido recuperada gracias a las obras de rehabilitación de la calle Almendro 15-17 en la capital de España.
El alcalde de la localidad, José Luis Martínez-Almeida, junto a la delegada del gobierno en materia de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy, han revisado las obras y los decorados que simulan un entorno lleno de almendros, haciendo alusión a la calle que aloja los restos de la muralla.
La obra está destinada a que los turistas conozcan la historia de la ciudad de Madrid, su muralla y los rincones de esta zona que han servido para potenciar, si cabe más el centro de la capital.
Desde Madrid se atesora uno de los pilares fundamentales de nuestra historia, según ha apuntado la delegada. Gracias a la demolición del número diecisiete de dicha calle en 1967, se pudo descubrir un tramo de la muralla de unos dieciséis metros de longitud y seis de altura media que lindaba con el edificio contiguo de la Cava Baja.
La muralla cristiana, que aparecía muy deteriorada se comenzó a construir, tras la caída de Toledo durante el reinado de Alfonso sexto, según datan los restos arqueológicos alrededor del siglo doce y primer tercio del trece, hasta la batalla de las Navas de Tolosa. Hay que resaltar que la muralla no es unitaria en su construcción ni tampoco coetánea en su perímetro, tal y como refleja el Fuero de Madrid.
La ocupación de esta zona amurallada se hizo tras varias cesiones del concejo desde mediados del siglo quince a principios del dieciséis.
El tramo que se ha rehabilitado corresponde con parte del trazado original entre la Puerta de Moros y Puerta Cerrada y se representa en una obra del autor Marcelli-Witt en 1622.
La Villa de Madrid protege su muralla y aunque se permiten construcciones siempre tienen que respetar la zona en donde estas aparecen durante excavaciones fortuitas y otras obras, siempre para salvaguardar la historia de la ciudad.