Andrea Blandín
Movimiento por la Paz (MPDL) lleva más de treinta años trabajando por la paz en todo el mundo, y a pesar de la crisis sociosanitaria, no han dejado de hacerlo. Paquita Sauquillo, su presidenta, ha explicado a Aquí Madrid cómo han gestionado esta situación desde la organización, con la dificultad de tener que hacer prácticamente todo telemáticamente.
Desde que se declaró el estado de alarma, MPDL ha tenido todas sus sedes cerradas, incluso la central. De esta forma, todas sus campañas y ayudas se han gestionado entre sus más de 400 trabajadores, desde sus casas.
En cualquiera de los casos, Sauquillo asegura que lo han intentado hacer de la mejor manera posible «dentro de la dificultad de la situación». Las videollamadas les han facilitado parte del trabajo, porque era una manera mucho más directa de poder hablar con todas las partes, «incluso tuvimos una videoconferencia con los Reyes», continúa.
Además de su propia labor, han estado muy en contacto con la Plataforma de Voluntariado de España (de la cual Sauquillo es vicepresidenta) y con la del Tercer Sector (donde pertenece a la junta directiva y a la comisión permanente), para ver los problemas que se planteaban en las distintas organizaciones que las forman, y así coordinarlos y ver qué necesidades había.
MPDL España
En España la mayor dificultad que han encontrado ha sido hacerles ver a los residentes de los pisos de acogida humanitaria, los cuales son migrantes en situación de vulnerabilidad, las medidas de prevención que tenían que tener. «La mayoría son subsaharianos y les costaba mucho estar encerrados», dice la presidenta.
En la ayuda humanitaria, «hemos querido centrarnos en el protocolo de actuación y proveerles de protección: geles, mascarillas, etcétera»; ya que a muchos les costaba entender la limpieza y medidas que deben tener.
Para confirmar que todo se estaba llevando a cabo correctamente han hecho un seguimiento diario telefónico para controlar que no saliesen, que tuviesen las medidas y limpieza necesarias, y todos los requisitos que se necesitaban en una situación tan peculiar.
En el ámbito de la asesoría jurídica, les han informado de sus derechos laborales, de la renovación de la residencia, incidentes de discriminación racial o étnica… Y en el área laboral, les han asesorado sobre los ERTE, qué gestiones tenían que hacer, salidas que proporcionaba el INEM; además de ayudarles con la bolsa de empleo que tiene la propia organización.
En la ayuda a las víctimas de violencia de género, se ha mantenido la ayuda en el piso donde residen, «intentando primordialmente evitar que apareciese por allí la persona por la que estaban acogidas».
En cuanto al tema de la educación, su Escuela de Paz, donde asisten niños y niñas desde los tres años en adelante, ha seguido con la labor educativa, con clases, actividades lúdicas y tutorías online. «Hemos querido detectar las principales necesidades sociales, y fundamentalmente psicológicas, que pudieran tener, para evitar que dedicasen su tiempo a entrar en otras cosas», cuenta Sauquillo.
También en referencia a este colectivo, ha estado activa la Plataforma de la Infancia, intentando estar en contacto con los niños y sus padres para poderles atender en todo lo que necesitasen.
MPDL Mundo
«La cooperación internacional es muy importante en nuestra organización», asegura Paquita Sauquillo. A pesar de la crisis, «hemos querido que todas las personas siguiesen teniendo derecho a la salud y a la alimentación», además de informarles de la situación que había.
En total, «Hemos ayudado a 1500 hogares vulnerables», intentando conseguir la seguridad alimentaria, conocer y solucionar las necesidades que tenía la población y distribuir alimentos con los cooperantes que ya estaban en los territorios antes de esta situación.
Haciendo un viaje por las zonas donde más ayuda ofrece la organización: en África han ayudado en Mali, uno de los territorios más importantes para MPDL; Níger, donde han mejorado y explicado lo que están haciendo a las comunidades rurales, explicando que la pandemia podía afectar al trabajo que hacemos; y el Sahara. En América Latina, trabajan mucho en Colombia y Guatemala; y en Asia están muy presentes en Jordania y el Líbano.
Futuro
Movimiento por la Paz ya está estudiando cómo será la situación de sus sedes en la nueva normalidad. «Todas las sedes y el centro de asilo y refugio van a tener una limpieza en profundidad previa a la vuelta al trabajo», nos cuenta Sauquillo.
Además, va a haber geles desinfectantes y todo tipo de instrumentos de limpieza para que se tengan las garantías y condiciones de seguridad necesarias; van a facilitar mascarillas a todos los que la necesiten; la separación entre los trabajadores va a ser mayor; e incluso «estamos valorando que haya varios turnos de trabajo para que haya menos cantidad de gente junta a la vez».
La presidenta asegura que «no va a ser fácil, pero vamos a intentarlo».