El Congreso aprobó por unanimidad el día 10 de marzo de 2017 instar al Gobierno de España a declarar oficialmente el 8 de abril como Día del Pueblo Gitano, así como a reconocer la bandera gitana azul y verde con una rueda roja de dieciséis radios y el Gelem Gelem como himno.
«La finalidad es que estos símbolos puedan ser utilizados protocolariamente en las conmemoraciones, actos y eventos institucionales relativos al Pueblo Gitano», decía la resolución.
El Consejo de Ministros de España aprobó el 6 de abril de 2018, el reconocimiento del día 8 de abril como el día del Pueblo Gitano, tal y como se viene haciendo en el Consejo de Europa y en distintos países de nuestro entorno. Y el Pleno del Senado de España se unió a esta celebración mediante una solemne declaración institucional.
Los ríos atravesando fronteras simbolizan el sentimiento de libertad
El día 8 de abril, Día Internacional del Pueblo Gitano, los gitanos y las gitanas se acercan en todo el mundo a la ribera de los ríos para arrojar pétalos de flores que, flotando sobre las aguas, atravesando fronteras, simbolizan el sentimiento de libertad de un pueblo que considera la tierra toda como patria universal del género humano, explica Juan de Dios Ramírez-Heredia en Periodistas en Español, donde explica la importancia del Congreso Gitano de Londres de 1971.
Luego se depositarán luces flotantes sobre las mansas aguas en recuerdo de nuestros antepasados, especialmente del más de medio millón que murieron en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Indica Juan de Dios que «en esta época especialmente dura que nos ha tocado vivir, cuando nuestra gente está siendo objeto de cruel persecución en países de vieja tradición democrática; cuando quienes huyendo del hambre y la miseria de sus países de origen creen encontrar en la vieja y próspera Europa una esperanza de vida más humana y son expulsados como lo están siendo en la actualidad, hay que levantar la voz para reclamar de los gobernantes y de la sociedad un gesto de solidaridad para no perder del todo la esperanza».
Agrega que «el día 8 de abril debemos salir a la calle con una sonrisa y la mano tendida a quien quiera estrechárnosla. Y a quienes nos escuchen debemos decirles como somos en realidad. Que nuestro pueblo no se parece en nada a la imagen pervertida y falsa que se está ofreciendo de nosotros en algunos medios».
Y concluye que «el día 8 debemos sentir el orgullo de pertenecer a un gran pueblo. Somos más de catorce millones de personas repartidos por todo el mundo. Catorce millones de seres humanos con una historia común, con una lengua común, con una cultura en gran medida compartida y con el deseo manifiesto de querer seguir siendo lo que somos: gitanos y gitanas del siglo veintiuno».