1945: Tal que un año como este…

Un escribano en la Corte

Seguro que más de uno se habrá preguntado alguna vez en su vida: «¿Qué ocurría, cómo estaba el mundo el año en que yo nací?», ya que el ser humano es curioso por naturaleza, logrando gracias a ello saber, averiguar, investigar. En esas estaba cuando leí el excelente artículo «La palabra cumpleaños», del escritor y periodista argentino Martín Caparrós, quien analiza el tema, una de cuyas frases me llamó la atención: «Entre todos los cambios de nuestra civilización, ninguno más impresionante que la prolongación de nuestras vidas». 

Puestos en faena de esa prolongación, y como todo tiene un comienzo, nada mejor que empezar por saber qué cosas pasaban el año en que uno nació. Y por lo que al que suscribe respecta, lo cierto es que pasaron muchas cosas, algunas muy importantes, otras terribles, porque aquel ya lejano 1945 fue un año en el que el mundo giró hacia un lado, la democracia, cuando estuvo a punto de girar hacia el otro, el nazismo hitleriano. ¿Se imaginan a día de hoy estar obligados a ser nazis, vivir como tales? Pues estuvimos a punto…

De eso, y de otras muchas cosas, se hace eco un librito que me han regalado, no sé si por cachondeo, por el año en cuestión, o por cortesía. Lleva por título «1945. El año que tú naciste», editado por ACV Ediciones, el cual analiza los años desde 1920 hasta 2003, es decir, que se presta a cumplir con la curiosidad de una parte importante de la población. Por cinco euros uno puede saber muchas cosas acerca de lo que ocurrió en el año en que cada cual lanzó el primer berrido, que por cierto vinimos al mundo con lo puesto… 

Entre otras cosas, informa el librito en cuestión que el llamado Tercer Reich de Hitler dejó de existir el ocho de mayo de este año de marras. Siete días más tarde el emperador Hirohito declaraba la rendición incondicional de Japón, tras los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. 

En los países que formaban parte del llamado Eje: Alemania, Italia y España, gobernaban a la sazón tres dictadores, a cual más peculiar: Hitler, Mussolini y Franco, los cuales tendrían un final muy diferente: Hitler se suicidaría en su bunker de Berlín el 30 de abril; Mussolini sería ejecutado en Italia dos días antes, mientras que Franco permaneció como dictador durante cuarenta años, hasta el 20 de noviembre de 1975. Hoy sigue teniendo en España entusiastas defensores, y hasta una fundación en su memoria. 

La segunda guerra mundial finalizaría oficialmente el dos de septiembre de este año. Otro acontecimiento importante en ese 1945 sería la creación de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que tendría lugar el 24 de octubre.

Por lo que a España respecta, e intentando suavizar aquella dictadura férrea, el 11 de septiembre de ese año el gobierno anunciaba el fin de la obligatoriedad del saludo fascista vigente hasta entonces, acorde con la ideología oficial. Al mismo tiempo se promulgaba un indulto de cara a favorecer el regreso de los exiliados, la mayoría de los cuales no regresaban por miedo. 

En aquella España de miseria y hambruna en muchos casos, que contaba a la sazón con casi veintisiete millones de habitantes, sucedían otras muchas cosas mientras algunos niños veníamos al mundo. Un anuncio nos informa de que existía una cosa llamada harina lacteada Nestlé, para hacer frente al «invierno y los niños débiles». Debió ser cosa de la capital, porque por los pueblos la leche materna y la sopa de ajo era el pan nuestro de cada día, lo único existente.  

A estas alturas ya se podían comprar algunos productos: Un brasero para calentarse costaba 185 pesetas. Una plancha eléctrica, 20 pesetas. Y una mesa camilla, donde se reunía la familia para comer, hablar y escuchar la radio, 50 pesetas. Los que pretendían escuchar Radio Pirenaica, prohibida por ser comunista y perversa ella, tenían que hacerlo escondidos debajo de la cama para que nadie se enterara, pues la vigilancia no descansaba. 

A nivel internacional también sucedían cosas, como resulta fácil de comprender. La Universidad de Pensylvania ponía en servicio el primer ordenador totalmente electrónico, el llamado ENIAC. En el terreno de los Premios Nobel, A. Fleming (Gran Bretaña) ganaba el de Medicina. El de la Paz era para C. Hull (Estados Unidos). El de Química lo recibiría el francés A. I. Virtanen, mientras que el de Literatura recaía en G. Mistral (Chile).

Y como notas ya de cosecha local, la escritora Carmen Laforet ganaba a sus veintitrés años el Premio Nadal por la obra «Nada». Nacía un ciclista famoso al que llamaban «Conquense», o «El Chepas», aunque en realidad lo bautizaron como Luis Ocaña. Y en el balompédico deporte llamado fútbol el Athletic de Bilbao se proclamaba campeón de la Copa del Generalísimo.  

Conrado Granado
@conradogranado. Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. He trabajado en la Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Confederal. He colaborado en diversos medios de comunicación, como El País Semanal, Tiempo, Unión, Interviú, Sal y Pimienta, Madriz, Hoy, Diario 16 y otros. Tengo escritos hasta la fecha siete libros: «Memorias de un internado», «Todo sobre el tabaco: de Cristóbal Colón a Terenci Moix», «Lenguaje y comunicación», «Y los españoles emigraron», «Carne de casting: la vida de los otros actores», «Memoria Histórica. Para que no se olvide» y «Una Transición de risa». Soy actor. Pertenezco a la Unión de Actores y Actrices de Madrid, así como a AISGE (Actores, Intérpretes, Sociedad de Gestión).

2 COMMENTS

  1. Querido amigo, la rendición de Japón no se produjo 7 días después de la de Alemania, la rendición fue el 15 de agosto y se firmo el 2 de septiembre. España nunca perteneció al Eje, esta alianza la formaban Alemania, Italia y Japón, con aliados como Rumanía, Hungría, Bulgaria y Finlandia. Alemania dejó de tener posibilidades de ganar la guerra en el momento que EEUU fue atacado. Hay una incorrecta sensación de que Alemania perdió la guerra en territorio Soviético.

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