Algunos españoles que no lucimos banderas al viento creíamos que la llamada Fiesta de la Hispanidad era precisamente eso, una jornada para festejar, recordar, qué somos como país que hoy afortunadamente goza de una democracia plena. Pero contemplando algunas escenas del acto central que tuvo lugar en Madrid el pasado día 12 de octubre, pareciera ser que sirvió de exposición y exhibición, una vez más, para que algunas personas asistentes dieran rienda suelta a la caverna que llevan dentro, rugiendo exabruptos contra el presidente del gobierno de España que, les guste o no, ha llegado a ese puesto por cauces democráticos.

Y ello porque junto al desfile de los distintos cuerpos de las fuerzas armadas, a la presencia del jefe del Estado, Felipe VI, la del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, de los distintos ministros, presidentes de comunidades autónomas y representantes de partidos políticos, pudimos oír el griterío insultante e improperios que algunos le dirigían con frases como «Sánchez, okupa, a tu casa», «A robar a tu casa», «Maricón de mierda» y otros de semejante calibre.

Gritaban precisamente los que se adornaban entusiásticamente con sus banderitas de España, no sabemos si con un ardor guerrero que vibraba en sus voces o con nostalgia del pasado que añoran, pero allí estaban, entre los que acudieron al desfile unos, y en los balcones de los edificios próximos otros, en esa zona rica, riquísima de Madrid, en los que podían verse niños porque, al parecer, hay que guiarlos, imbuirlos ya desde pequeños de su ideario. 

Estos insultos, griteríos, falta de respeto institucional, se vienen sucediendo desde el año 2005, tiempos aquellos del presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Cesaron cuando le sucedió el también presidente Mariano Rajoy, y han vuelto a la palestra pública con Pedro Sánchez.

Al parecer, y siguiendo las sugerencias del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, para algunos «lo importante en democracia no es votar, sino votar bien», cosa que solo debe suceder cuando gana su opción. Por mi parte, y a estas alturas de la vida, me quedo con la frase de Teresa de Jesús, por lo que «Nada me turba, nada me espanta…». 

En torno a la citada Fiesta de la Hispanidad, y a la situación política en España han habido y sigue habiendo multitud de comentarios. Para el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, al parecer esas frases formaron parte del sentir del pueblo. Claro que no conviene olvidar que para Pablo Casado el presidente Pedro Sánchez es el peor que ha tenido España desde la Transición. Mucho más lejos fueron los del partido de extrema derecha, Vox, para los cuales el actual inquilino de la Moncloa es un «okupa, un traidor y un mentiroso», al tiempo que lo han tachado en ocasiones de que ha sido lo peor de lo peor que ha tenido España en los últimos ochocientos años.

Por su parte, el presidente de la comunidad autónoma de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, decía en televisión que había visto abuchear al presidente del gobierno desde el año 2005, con Zapatero, y que los abucheos e insultos se paraban cuando gobernaba Rajoy. Y, eso sí, siempre con la presencia de niños en los balcones en esa zona rica de Madrid. 

Ha habido otros muchos comentarios en torno al tema, a la falta de respeto en el llamado Día de la Hispanidad, una fecha tan señalada, hacia la presencia en el acto del presidente del gobierno que ha sido elegido democráticamente por los ciudadanos de este país que nos pertenece a todos, no solo a los que presumen de banderitas.

De entre esos comentarios, me quedo con uno de un veterano político, Alfonso Guerra que, de política, sabe un poco: «Hay quien abuchea a un presidente y aplaude a una cabra. Cada uno elige quién le representa mejor»…

Conrado Granado
@conradogranado. Periodista. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. He trabajado en la Secretaría de Comunicación e Imagen de UGT-Confederal. He colaborado en diversos medios de comunicación, como El País Semanal, Tiempo, Unión, Interviú, Sal y Pimienta, Madriz, Hoy, Diario 16 y otros. Tengo escritos hasta la fecha siete libros: «Memorias de un internado», «Todo sobre el tabaco: de Cristóbal Colón a Terenci Moix», «Lenguaje y comunicación», «Y los españoles emigraron», «Carne de casting: la vida de los otros actores», «Memoria Histórica. Para que no se olvide» y «Una Transición de risa». Soy actor. Pertenezco a la Unión de Actores y Actrices de Madrid, así como a AISGE (Actores, Intérpretes, Sociedad de Gestión).

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