Según reza la leyenda, los Niños Perdidos son aquellos que al dejar de ser queridos desaparecen en ese extraño limbo de maravilla, desolación y encanto que se llama Nunca Jamás.

“El abrazo” de Christina Herrström, cuenta, conmovedoramente, la historia de uno de esos niños –luminosamente encarnado por un maravillado Jean Cruz– que vuelve con quienes debieron de ser sus padres, Rosa y Juan, antiguos amantes que se reúnen al correr el tiempo.

Y Magüi Mira coge la batuta para incitar a Rosa y Juan o, lo que es lo mismo, unos entrañables y taciturnos, lúcidos y melancólicos, Juan Meseguer y María Galiana  a que emprendan un vals.

Y Meseguer y Galiana aceptan y bailan por el pasado y por el presente, por lo que pudo haber sido y no fue, por lo que fue y no dejará de ser.

Y es un vals suave e hipnótico, dulce y triste, y ellos lo bailan con precisión y cariño, sin hurgarse en las llagas, sin lamerse las heridas .

Galiana y Meseguer bailan aprovechando su breve encuentro, aprovechando que están viviendo lo mejor de lo que les queda, aprovechando la serenidad y aceptación que han ganado al paso del tiempo para hacer que cada paso, cada compás y cada cadencia, cuenten y valgan la pena como si ese vals fuera la vida misma.

Y lo es.

Luis de Luis, crítico teatral

Reparto
María Galiana
Juan Meseguer
Jean Cruz

Ficha artística
Autora: Christina Herrström
Espacio sonoro: Jorge Muñoz
Diseño de iluminación: José Manuel Guerra
Diseño de vestuario: Helena Sanchís
Ayudante de dirección: Daniel de Vicente
Versión y dirección: Magüi Mira
Productor: Jesús Cimarro
Una producción de Pentación Espectáculos

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