«Papicha, sueños de libertad»: oda a los sueños de las mujeres argelinas

”Papicha”, película que no ha podido estrenarse en Argelia, consiguió ser candidata a los premios Oscar por ese país gracias a que se trata de una coproducción con Francia. 

Mientras llega ese estreno, la llegada al largometraje de la documentalista Mounia Meddour ha conseguido los Premios César de la Academia francesa a la Mejor Ópera Prima y a la mejor actriz revelación para Lyna Khoudri, el Premio del Público y el Premio Pilar Miró a la mejor dirección en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI) y tuvo un estreno mundial largamente aplaudido en el último Festival Internacional de Cannes. 

«Papicha» es una palabra argelina que  se refiere a «una mujer joven, divertida y liberal»; la película está basada en la historia de la realizadora, nacida en Argelia y trasladada a los dieciocho años a vivir en Francia, debido a la guerra. 

Inevitablemente, Papicha nos remite a anteriores experiencias con adolescentes, como la película turca «Mustang» y «Las Vírgenes suicidas» de Sophia Coppola. La acción se sitúa en la Argelia de los años noventa. Nedjma (Papicha) es una estudiante universitaria que intenta que la guerra civil que empieza a extenderse por todo el país no le impida seguir con su vida normal, salir de noche con su mejor amiga, Wassila, y vender los vestidos que confeccionan en los baños de las discotecas. Mientras más presiona el conservadurismo ambiental, Papicha decide organizar con sus amigas un desfile de moda en la Universidad, desafiando las normas establecidas.

Un retrato feminista lleno de energía y frescura en un país en que el cine tiene dificultades para abrirse camino ya que su principal enemigo es el integrismo religioso. En los años noventa, las libertades individuales de las mujeres argelinas corrían serio peligro, enfrentadas como estaban al patriarcado y al terrorismo.

Partiendo de esta realidad, Mounia Meddour –quien entonces tenía veinte años–sitúa a sus personajes, con una trama simple, frente a las distintas posturas sobre la obligación de llevar velo, las reticencias a permitir que las mujeres cursen estudios superiores y, sobre todo, la injusta manera con que tienen que pagar su libertad. 

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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