Médicos Sin Fronteras informa de que desde la mañana del 9 de mayo 2022 y durante las siguientes 72 horas, un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) rescató a 470 personas de siete embarcaciones en peligro en las zonas de búsqueda y rescate de Libia y Malta y las subió a bordo del Geo Barents, el buque de rescate que la organización opera en el Mediterráneo central.

A lo largo de tres intensos días, las embarcaciones en peligro fueron localizadas desde el puente del Geo Barents tras las alertas recibidas de Alarm Phone, la organización de vigilancia en el Mediterráneo, y con el apoyo de Pilotes Volontaires, una organización sin ánimo de lucro con sede en Francia que se encarga de la observación aérea en el Mediterráneo central. Ninguna de las embarcaciones fue identificada por los centros de coordinación de salvamento marítimo correspondientes.

A primera hora de la mañana del 9 de mayo, el equipo de MSF detectó dos embarcaciones de goma en peligro que transportaban un total de 204 personas. Entre ellas había un niño de nueve meses llamado Mohammed quien fue traslado junto con su madre rápidamente a cubierta.

Poco más de veinticuatro horas después, MSF recibió una alerta sobre otro bote de goma abarrotado, esta vez con 59 personas a bordo. El Geo Barents se dirigió a su ubicación con la guía de un avión de Pilotes Volontaires y llevó a cabo el rescate.

A última hora del día 10 de mayo, llegaron a la bandeja de entrada del correo de MSF dos nuevas alertas de Alarm Phone, que indicaban que había otras dos embarcaciones en peligro en las cercanías. Las lanchas de rescate de Geo Barents se lanzaron hacia las 21.00 horas y, tras una intensa búsqueda de cinco horas desarrollada en la oscuridad, el equipo encontró finalmente las dos embarcaciones a la deriva cerca de una plataforma petrolífera. Los 111 supervivientes a bordo de estas embarcaciones fueron rescatados y trasladados al Geo Barents hacia las dos de la madrugada, poniendo fin al rescate más largo desde el inicio de la operación del buque.

El 11 de mayo, nuevas alertas de Alarm Phone indicaron que había más embarcaciones en peligro, esta vez en aguas internacionales bajo la responsabilidad de búsqueda y rescate de Malta. De nuevo con la ayuda de Pilotes Volontaires, Geo Barents navegó hasta la ubicación exacta de la primera embarcación, donde el equipo de MSF encontró a 67 personas a la deriva en una embarcación de madera, todas con aspecto aterrorizado, agotado y desorientado. Unas horas más tarde, todos los supervivientes fueron llevados a bordo del barco de rescate de MSF.

«Cuando llegaron los rescatadores yo estaba casi inconsciente (explica una mujer de veintiséis años de Siria) No podía entender lo que estaba pasando. En ese momento, llevábamos al menos 48 horas en el mar. Estaba segura de que iba a morir».

La larga jornada de rescates continuó con otra embarcación que transportaba a 29 personas y que se encontraba a la deriva en la zona de búsqueda y rescate maltesa. Una vez más, las autoridades maltesas no tomaron ninguna medida.

«Es incomprensible que, después de todos estos años de travesías migratorias mortales en el Mediterráneo, organizaciones privadas como nosotros asumamos la mayor carga de salvar vidas en el mar», afirma Juan Matías Gil, jefe de misión de búsqueda y rescate de MSF: «Al menos 24.000 personas se han ahogado o desaparecido oficialmente desde 2014, y sin embargo Europa sigue haciendo la vista gorda ante lo que ocurre en su frontera sur».

«Nos ha vuelto a horrorizar la inacción de las autoridades maltesas e italianas mientras casi cien vidas pendían de un hilo. Las fuerzas armadas maltesas, que son las principales responsables de los rescates en la zona de búsqueda y salvamento de Malta, fueron informadas al mismo tiempo que nosotros, pero permanecieron calladas e inactivas, haciendo caso omiso de su obligación legal de prestar o coordinar la asistencia. También ignoraron nuestra petición de un puerto seguro», continúa Gil.

La mayoría de los supervivientes a bordo del Geo Barents han sufrido abusos físicos de diversa índole, incluida violencia sexual y trabajos forzados. Cuatro de ellos se embarcaron en el viaje por el Mediterráneo con huesos fracturados, resultado de las lesiones infligidas durante su estancia en Libia.

Uno de los supervivientes, que actualmente se encuentra en el Geo Barents, padece diabetes y necesita insulina, pero ha estado sin su medicación vital durante lo que probablemente han sido semanas. Otros dos supervivientes han sufrido episodios psicóticos a bordo. Los 470 supervivientes del Geo Barents son física o mentalmente vulnerables y necesitan desembarcar en un lugar seguro lo antes posible.

Las autoridades italianas, también responsables de las actividades de búsqueda y rescate en el Mediterráneo, no han concedido permiso para desembarcar a los supervivientes a un lugar seguro a pesar de las seis peticiones que ha hecho la organización.

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