Greenpeace ha hecho público este 15 de junio de 2020, primer día de la Semana Mundial sin Carne, que España es ya el país de la Unión Europea (UE) que más carne consume, y propone una transformación del sistema al tiempo el apoyo real a la España rural mediante el abandono de la ganadería industrial.

Según los últimos datos disponibles de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), en España se consumen más de 100 kilos de carne por persona y año. Esto equivale a unos 275 gramos diarios, cuando las recomendaciones científicas internacionales marcan unos 300 gramos y las estatales entre 300 y 375 gramos a la semana.

Para alcanzar unos niveles saludables y sostenibles, en España se tiene que reducir un 84 por ciento la ingesta actual de carne.

Greenpeace señala que este excesivo, insano e insostenible consumo de carne sólo es posible debido a un modelo de ganadería industrial, en exponencial crecimiento, con graves consecuencias para el medioambiente y la salud de las personas. A nivel mundial, el sector agroalimentario, en su conjunto, es el responsable de hasta un 37 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y solo el sector ganadero del 14,5 por ciento. Además, la ganadería industrial está asociada a la deforestación, al elevado consumo de agua y su contaminación, la emisión de amoníaco, el maltrato animal, el uso de cultivos transgénicos y un largo etc.

En España las emisiones que han llevado a estar en emergencia climática han bajado un 2,2 por ciento en el 2018, pero las de la ganadería han aumentado y suponen ya casi el 70 por ciento de las emisiones del sector agrícola español. Asimismo, la contaminación de acuíferos por nitratos y la emisión de amoníaco, asociadas al crecimiento exponencial de este tipo de ganadería, llevó a la Comisión Europea a abrir otro procedimiento de infracción contra España.

Esta es la «marca España» que la industria cárnica oculta. Lo que la industria también quiere ocultar es la relación de este modelo de producción industrial de carne con pandemias como la que estamos viviendo, señala Greenpeace.

«No podemos seguir mirando para otro lado. El excesivo consumo y producción de carne industrial en España está contribuyendo a la destrucción del planeta», ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España: «la urgente y necesaria transformación del sistema pasa por adoptar dietas sanas y sostenibles y por dejar de llenar el campo de auténticas fábricas de carne, cambio climático, contaminación del agua y destrucción de modos de vida y empleos».

Una reciente resolución del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental desmonta uno de los mayores mitos de la industria cárnica, el de que la ganadería industrial es una solución a la pérdida de empleo en el mundo rural: «(…) la explotación intensiva de ganado porcino, basado en la concentración y la integración vertical características del nuevo modelo productivo, repercuten, de acuerdo con la información aportada (INE 2010-2015), en el empleo agroganadero con la pérdida de puestos de trabajo, especialmente en el medio rural, y la tendencia a la sustitución de los agricultores y ganaderos profesionales por asalariados con rentas más bajas y precarias condiciones laborales».

Según Ferreirim, «cada vez tenemos más razones para sumarnos a la Semana Mundial Sin Carne, reducir drásticamente nuestro consumo de carne todo el año y asegurarnos de que la que consumimos proviene de la ganadería ecológica y extensiva».

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