En una sala del recorrido de esta exposición hay un banco (en su día construido por Moneo) para que los visitantes puedan sentarse sin prisa a contemplar el cuadro de Rothko «Verde sobre morado». La idea se le ocurrió a la comisaria de la exposición, Paloma Alarcó, cuando se dio cuenta de que algunos visitantes al museo dedicaban a esta obra un tiempo mayor que a otras. Ahora este cuadro se acompaña de otros dos, «Bote abandonado» de Frederick Edwin Church y «1965», de Clyfford Still, que también necesitan de una amplia mirada.

La familia Thyssen posee la colección europea más importante de arte norteamericano. Está distribuida entre colecciones y museos como el de Madrid, atendiendo a diferentes criterios, y ahora puede verse reunida en una gran muestra que cierra las conmemoraciones del homenaje al barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza (1921-2002) en el centenario de su nacimiento. Fue el barón quien inició la colección que ahora se muestra reunida cuando en 1963 adquirió el primer cuadro, «Número 11», de Rothko, presente en esta muestra de 140 pinturas y algunas esculturas que ocupan varias salas de la planta primera del museo, organizada en secciones temáticas con cuadros de autores de los siglos diecinueve y veinte.

Bajo el epígrafe ‘Naturaleza’ se agrupan las obras dedicadas al paisaje, un tema esencial para los artistas americanos, vinculado a la historia y a la conciencia política del país, como la obra de Asher B. Durand «Un arroyo en el bosque», de 1865.

Con el título ‘América sublime’ se agrupan las obras creadas a partir de la independencia de los Estados Unidos por artistas con fuertes lazos con el arte europeo, sobre todo con el romanticismo, al que añaden sentimientos religiosos y patrióticos. La naturaleza es aquí fuente de espiritualidad, como muestran las obras de Thomas Cole («Cruz al atardecer», 1848), Frederic Church y George Inness, cuya tradición continúan artistas contemporáneos como Alfonso Ossorio, Willem de Kooning o Georgia O’Keeffe y, ya a través de la abstracción, Mark Rothko y Clyfford Still.

Una segunda generación de paisajistas del siglo diecinueve, influida por los avances científicos y la mentalidad darwinista, observaron la transformación de la naturaleza: John Frederick Kensett, James McDougal Hart («Verano en los Catskills», 1865), Theodore Robinson. En el siglo veinte Arthur Dove integra naturaleza y abstracción, Hans Hofmann refleja el legado europeo y Jackson Pollock vincula su pintura al mundo natural moviendo su cuerpo y su mano por lienzos colocados en el suelo.

La sala dedicada al epígrafe ‘Impacto humano’ comienza con los inicios de la conciencia medioambiental expresada por los paisajistas americanos que se trasladaron a vivir al campo para reflejar los trabajos de los primeros colonos. También los de los marinos de los puertos de la costa atlántica, John William Hill («Vista de Nueva York desde Brooklyn», 1836), Robert Salmon, Frances A. Silva («Kingston Point, río Hudson», 1873) y Charles Sheeler («Viento, mar y vela»). El cuadro más valioso de la exposición está en esta sección. Es el titulado «La señal de peligro», pintado por Winslow Homer en 1890.

‘Cruce de culturas’ aloja obras que manifiestan el contacto entre las diferentes comunidades. En la sección Escenarios se agrupan los cuadros que tienen el paisaje natural como testigo de la historia americana, resultado de la fusión entre las culturas de los colonos con la indígena y la afroamericana. Charles Wilson Peale, Charles Wimar y Joseph Henry Sharp («Montando el campamento»). En ‘Hemisferio’ se reúnen obras relacionadas con los territorios descubiertos durante la expansión hacia el oeste, el norte y el sur (Georges Catlin: «Cataratas de san Antonio») y con los lugares exóticos que los colonos iban encontrando en su expansión, como el «Paisaje tropical» de Frederic Edwin Church. En ‘Interacciones’ hay obras que representan distintas comunidades, desde esclavos y judíos a obreros, tanto en alianza como en conflicto. Karl Bodmer representó en sus cuadros poblaciones indígenas («Encuentro de viajeros con los minatarre», 1832), y John Singer Sargent retrató a la alta sociedad americana, mientras Ben Sahn y Romare Bearden («Domingo después del sermón», 1969) lo hacían con la clase trabajadora y los afroamericanos.

SHARP, Joseph Henry_Montando el campamento, Little Big Horn, Montana, s.f._(CTB.1998.71)

Bajo el título ‘Espacio urbano’ se agrupan obras relacionadas con la cultura moderna a través del crecimiento de las ciudades durante las migraciones tras la guerra civil. La industria, los transportes, los rascacielos y las grandes avenidas inspiraron a Charles Sheeler («Cañones», 1951) y John Marin, cuya obra fue continuada en los sesenta por Richard Estes y Ralston Crawford («Autopista de ultramar», 1939). Otros artistas fijan su atención sobre las personas de esas ciudades, como Edward Hopper («Muchacha cosiendo a máquina», 1921), Raphael Soyer y Willem de Kooning. Al ocio y al arte urbanos dedican algunas de sus obras Childe Hassam, John Sloan, William Merritt Chase, Ben Shahn. El jazz inspiró a Arthur Dove, Stuart Davis y Jackson Pollock.

Por último, bajo el epígrafe ‘Cultura material’ (dividido en Voluptuosidad, Tempus fugit y Rituales) se manifiesta la celebración de la vida en bodegones como el de Paul Lacroix («Abundancia de verano») y los cuadros de Roy Lichtenstein («Mujer en el baño») o James Rosenquist («Vidrio ahumado», 1962) y las obras de Georgia O’Keeffe o Patrick Henry Bruce que conectan arte y naturaleza. El paso del tiempo y la muerte están representados por la obra de William Michael Harnett y Joseph Cornell. Finalmente, en Rituales se reúnen expresiones culturales indígenas a cargo de los grabados de Karl Bodmer o una visión idealizada de ese mundo, como en la obra de Frederic Remington («La negociación», 1903).

  • TITULO. Arte americano en la colección Thyssen
  • LUGAR. Museo Thyssen Bornemisza. Madrid
  • FECHAS. Hasta el 26 de junio de 1922
Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

DEJA UNA RESPUESTA

Escribe un comentario
Escribe aquí tu nombre