Bienal de Sevilla 2020. La reducción en aforos y acreditaciones de prensa nos está dejando la maravilla del streaming desde casa. Así hemos podido ver en directo en la joya barroca de San Luis de los Franceses de Sevilla una pieza musical y dancística a cargo de la Viola da gamba de Fahmi Alqhai y el baile barroco y flamenco de Patricia Guerrero, rememorando paraísos perdidos de la Sevilla del siglo diecisiete.

Fahmi Alqhai es ya casi un fijo en San Luis de los Franceses. Aunque en 2012 fue en los jardines del Alcázar donde deleitó con su música barroca en Las idas y las vueltas con Arcángel como cantaor y la misma Patricia Guerrero bailando por bulerías. Estuvo hace dos años a dúo con la voz versátil de Rocío Márquez, ya en San Luis, con aquella maravilla de Diálogos de nuevos y viejos sones. Y ahora con Patricia Guerrero. Siempre con artistas que tienen sensibilidades muy especiales, personalísimas, diferentes. Sensibilidades que de algún modo saben integrar el flamenco en las músicas del director de la Accademia del Piacere y del Festival de Música Antigua de Sevilla.

En esta ocasión, Patricia Guerrero ha contado con su ya director artístico habitual, Juan Dolores Caballero, prestigioso director teatral que cambió el rumbo de la bailaora desde Catedral y luego con Distopía. Juan entró en la vida artística de Patricia en el momento en que necesitaba dar un gran salto en su carrera. Y está sacando de ella unas calidades en sus registros de expresión corporal asombrosos. Se necesitan mutuamente, porque ella es su musa.

La cercanía del streaming en la pantalla de un ordenador nos dejó detalles de actriz sobresaliente en la bailaora y coreógrafa. El talento de Patricia necesitaba para ampliar sus muchos recursos de un director teatral como director artístico y a fe que lo ha encontrado. Otro elemento sobresaliente en los eventos de Patricia es el vestuario. Y en esta ocasión además de suntuoso, ha tocado la perfección en conjunción con las músicas y los paraísos que evocaba el toque mágico de la viola da gamba de Alqhai.

Y qué elección de músicas. Marizápalos y Marionas de Gaspar Sanz con baile sobre soleá y bulerías. Vestida de malva claro, un traje barroco que seguro ha salido de algún vestuario de corte del siglo diecisiete.

Cambiarse de traje en escena también puede ser un arte y para eso estaba la actriz Sara Molina. Pasó del malva al negro para bailar por tangos unos preciosos arreglos de Fahmi Alqhai de Canarios de Monsieur de Sainte Colombe y Les pleurs de Franz von Biber.

Y de ahí en otra transformación ante el público, quedarse en lo que hace cuatro siglos se consideraba paños menores para ponerse encima un miriñaque mini que nunca llevó un vestido encima. Bailó por peteneras la preciosa Passacaglia de las Sonatas del Rosario de Santiago de Murcia.

Para las músicas de Johan S. Bach con arreglos de Alquai para Fandango, Sarabande y Chacona se puso un regio vestido azulón con triple capa de volantes asimétricos.

En Paraíso Perdido la rica Sevilla del 1600 tiene todo el protagonismo. Las desinhibidas fiestas populares callejeras seducían a la aristocracia, precisamente porque representaban todo lo prohibido por los moralistas.

Así fueron poniéndose de moda, primero en España, luego en Europa, las folías, canarios, chaconas, la desenfadada zarabanda y las danzas llegadas de América por el puerto sevillano que después derivarían en alegrías, soleares y otros sones.

Todos esos ambientes están reflejados en el guión, las músicas y sobre todo en las danzas de Patricia Guerrero en Paraíso Perdido, pero al revés. Con cada traje del principio, interpreta primero la parte aristocrática, luego la popular. La armazón del miriñaque y las peteneras representarían un modo de desnudarse de moralismos hipócritas para sumergirse, vestida de flamenca, en las manifestaciones más populares, curiosamente con la cultísima música de Bach en el más barroco de los instrumentos de cuerda y el flamenco más estilizado.

Ahí estuvo la mano del director artístico, que junto con el músico, la bailaora y el celebradísimo retablo barroco de San Luis de fondo, conformaron un cuarteto de arte a un nivel celestial.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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